20/10/11: Sumergiéndonos en el espacio

En esta case se nos ha aclarado el objetivo de las seis horas semanales que venimos pasando de pie frente a un caballete, dibujando, o sentados siguiendo con la mirada las explicaciones de Pedro Burgaleta: habitar espacios, el dibujo de lugares. No solo eso, sino que hoy nos hemos iniciado en la introducción en el lugar virtual que es el lienzo. Esta es una capacidad que posee cualquier persona que contempla la pintura de un paisaje y se proyecta o imagina a sí misma dentro de él; sin embargo, se trata de una habilidad esencia y propia del arquitecto en el desarrollo de su oficio y que ha de potenciar. Hemos visto que existen dos formas de sumergirse en una imagen y explorarla: perpendicularmente, enfrentándonos al cuadro como si se tratara de una puerta a un mundo, esto es, considerando el cuadro un alzado; y otra e en paralelo, considerándolo una planta. Ambas incluyen la miniaturización. Puesto que nos estamos introduciendo en un recinto, adaptamos nuestra escala a él, tendiendo a empequeñecer.
     El problema que se planteaba hoy era crear un mundo habitables, un lugar penetrable y, por tanto, dotado de profundidad, tratando de reproducir un cuadro propuesto. Y la profundidad sería la dificultad. Se trataba de reproducir un cuadro propuesto, no formalmente, sino atendiendo a la forma en que insinúa y suscita el espacio.
   

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